http://www.abc.es/20061014/catalunya-catalunya/ulitskaya-dibuja-metafora-hombre_200610140245.html Ulítskaya dibuja una metáfora del hombre contemporáneo en su nueva novela
DAVID MORÁN
BARCELONA. Más de tres lustros ha necesitado Liudmila Ulítskaya (1943) para dar por terminada «Sinceramte suyo, Shúrik», novela construida sobre los cimientos de las grandes sagas de la narrativa rusa y protagonizada por un atípico Don Juan que la autora emplea a modo de metáfora para explicar los cambios sufridos por los hombres en los últimos tiempos. «Mientras escribía la novela, el protagonista me producía sentimientos muy contradictorios: Lo quería profundamente y al mismo tiempo me irritaba, así que cuando su vida me parecía inaceptable, dejaba la obra», explicó ayer la escritora rusa durante la presentación del libro en Barcelona. Ese personaje no es otro que el Shúrik del título, «filántropo sexual» al que su creadora presenta como una suerte de Casanova que actúa impulsado más por compasión que por deseo. «Es una presa fácil, una víctima», añadió Ulítskaya.
En la novela, editada por Anagrama y Quaderns Crema en castellano y catalán, respectivamente, Shúrik permanece a la sombra de su madre y de su abuela, personajes que Ulítskaya emplea para trazar la historia de cuatro generaciones de una familia rusa y exhibir, como ya hizo en «Medea y sus hijos» y «El caso del doctor Kukotsi», su debilidad por las sagas familiares. «El hombre procede en primer lugar de la familia y de ahí viene su historial personal -señaló-. En tiempos soviéticos, la familia poco importante, una nadería, y a mí siempre me ha interesado mucho lo pequeño, ya que a menudo son los detalles mínimos los más importantes de nuestra existencia».
Bióloga de formación, Ulítskaya no esconde que su visión de la literatura está supeditada a su condición de científica. «La genética es la principal ciencia que trata sobre el ser humano y, actualmente, algo está ocurriendo con el hombre y la mujer: ellos se están feminizando y ellas adquieren rasgos cada vez más masculinos como la agresividad», explicó. De ahí que, ahora que la lógica femenina consigue abrirse paso en un mundo ideado por hombres, sus libros traten de limar asperezas para conseguir un mayor reconocimiento mutuo. «El deber máximo no es la guerra entre sexos, es la colaboración», sentenció.
A pocos días del asesinato de la periodista rusa Anna Politkóvskaya, era inevitable que la presentación de «Sinceramente suyo, Shúrik» acabase derivando hacia terrenos más políticos y críticos. «Prefería no hablar de esto, pero son la clase de cuestiones con las que me veo obligada a opinar», reconoció Ulítskaya, para quien el crimen «es un síntoma evidente del estado enfermo de la sociedad». «En el siglo XIX, la literatura rusa fue la conciencia de la nación. Hoy ese lugar está ocupado por el periodismo, y lo que ha ocurrido es una gran tragedia», aseguró. Sin embargo, para la escritora criada en Moscú, «el asesinato de Politkóvskaya no es un hecho aislado; forma parte de una cadena de acontecimientos que demuestra que el poder ha perdido la vergüenza y le importa muy poco la opinión pública».


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